"La invasión de las secuelas"


Las secuelas, o segundas partes, siempre han formado parte del cine, son inevitables cuando una película funciona bien y se convierte en un negocio fructífero. Pero en los últimos tiempos, la fórmula se está instaurando como algo habitual en todo tipo de producciones y géneros.

Algo está pasando en la industria, quizá los guionistas estén viviendo una auténtica sequía de ideas. Tanto es así, que incluso los estudios de animación más importantes han sucumbido a la secuela como si no fueran capaces de crear nuevos títulos originales, Pixar, Dreamworks y Blue Sky han inundado las pantallas de cine con sagas que no parecen tener fin, "Shrek" (2001), "Ice Age" (2002), "Madagascar" (2005), "Cars" (2006), por citar solo algunos ejemplos.

Las películas de imagen real son las que peor uso hacen de las segundas partes, por lo general, son superproducciones vacías y pobres de contenido, pero cargadas de efectos especiales como "Men in Black" (1997), "The fast and the furious" (2001), "Transformers" (2007), "Sherlock Holmes" (2010), etc.

En muy pocas ocasiones las secuelas superan a la original, ya que repiten con los mismos ingredientes y el factor sorpresa destaca por su ausencia. La escasez de buenos guiones en el cine está beneficiando a la televisión y las series, algo un poco peligroso para la evolución del séptimo arte.

Las próximas secuelas animadas:

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