"La valentía del estudio Ghibli"
Hace muchos años que no hablo de
animación en el blog y, más, si tenemos en cuenta que en esta ocasión me
refiero a dibujos animados tradicionales.
Cuando uno tiene la oportunidad de visionar grandes producciones recientes como "El recuerdo de Marnie" (2014), o "El viento se levanta" (2013), ambas del estudio Ghibli de Japón, puede sentir que esta disfrutando del mejor cine del presente. El anime en general, siempre ha sido valiente a la hora de explorar cualquier género o temática para llevarlo a la gran pantalla, nunca les ha importado que sus actores no sean de carne y hueso. En Oriente, si una historia es interesante la llevan a buen puerto, sin límites ni restricciones.
Cuando uno tiene la oportunidad de visionar grandes producciones recientes como "El recuerdo de Marnie" (2014), o "El viento se levanta" (2013), ambas del estudio Ghibli de Japón, puede sentir que esta disfrutando del mejor cine del presente. El anime en general, siempre ha sido valiente a la hora de explorar cualquier género o temática para llevarlo a la gran pantalla, nunca les ha importado que sus actores no sean de carne y hueso. En Oriente, si una historia es interesante la llevan a buen puerto, sin límites ni restricciones.
Si
nos referimos a Ghibli, su elección de temas es todavía más rico y
amplio si cabe. Estos artistas no parecen tener techo, pueden estar
contando la historia de una niña enferma terminal y salir del apuro sin
despeinarse. Sus dibujos animados son para todo el público, y como todo
buen cine, hay variedad de géneros donde elegir, ya sean aventuras, ciencia ficción, bélicos, biográficos, etc.
Mucho
tienen que aprender de los asiáticos los grandes estudios que como
Disney siguen tratando igual a la animación. Desde hace décadas, se
limitan a no salirse de lo preestablecido como si de ello dependiera el
éxito comercial de sus films. Independientemente que las películas sean
en 2d como "Tiana y el Sapo" (2009), o en 3d como "Frozen" (2013), el
producto sigue siendo por y para los niños.
Es
una lástima, que con los ilimitados recursos técnicos de estos grandes
estudios de Occidente no se apueste por un producto más atrevido y
abierto. El cine de animación necesita más producciones como la que hizo
Pixar con "Up" (2009), o que los directores de estas películas jueguen
a ser de vez en cuando Hayao Miyazaki.
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